Conservación Polo positivo

El conocimiento que atesoran los pueblos indígenas sobre los recursos de la selva es enorme. El número de plantas y animales que utilizan para infinidad de usos supera los conocimientos e investigaciones científicas que se realizan sobre la Selva Amazónica.

El valor de nuestro conocimiento ancestral y las respuestas que ofrecen para mejorar la vida en nuestro planeta en el presente y a futuro tiene el mismo valor que el coste de garantizar la conservación de la Selva Amazónica, nuestros territorios y nuestro modo de vida y culturas.

NO CUESTA NADA. Basta con que nos dejen en paz, solo tienen que reconocernos y respetarnos. Solo tienen que dejar de consumir la selva y destruirla para que ese mismo esfuerzo se invierta en nosotros. En aprender el uno del otro y tomar lo mejor de cada mundo. Son muchos más los beneficios que nosotros les ofrecemos que lo que nosotros obtenemos y de lo que obtienen destruyéndonos a nosotros y a la selva.

Y ese es precisamente nuestro enfoque; hacer valer ese conocimiento e invertir en los Pueblo Indígenas para aportar nuevas soluciones y generar nuevos productos basados en la conservación y el aprovechamiento sostenibles de los bosques tropicales de nuestro Amazonas.

Nuestra organización está desarrollando un proyecto dedicado a integrar los conocimientos indígenas con nuevas tecnologías para elaborar productos innovadores provenientes del aprovechamiento sostenible de los bosques.

Queremos proteger los bosques y recuperar zonas degradados o deforestadas con la implementación de sistemas agroforestales complejos (SAC) en los que sembramos especies nativas locales de valor cultural, ecológico y económico para generar nuevos bosques diversos y productivos durante todo el año.

Los productos y subproductos que obtenemos de los bosques los transformamos, adaptándonos a las tendencias y exigencias de los mercados, para de esta manera agregar valor a los productos tradicionales y contribuir a mantener nuestra cultura ancestral.

Nuestra referencia son las tradiciones y usos que aprendimos de nuestros ancestros. Ellos nos guían para aprovechar los frutos de la selva que siempre nos han sustentado.

Tenemos varios retos en común: el cambio climático, el continuo crecimiento demográfico, y la constante demanda de más recursos. Ya no basta con seguir talando la selva, tenemos que buscar el equilibrio, y eso significa cambiar de modelo. Nosotros tenemos muchas de las respuestas. Solo tienen que preguntar.

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Pérdida de Biodiversidad

El creciente número de personas en la región aumenta la demanda de recursos para su abastecimiento lo que deriva en una mayor presión sobre el medio natural. Esto se traduce en una tasa mayor de deforestación debido a la siembra de conucos, y pastos para ganado; la deforestación causada por la propia actividad minera, con la destrucción y contaminación que esto conlleva; y la cacería y pesca sin control en un territorio cada día más amplio.

La afectación que la minería ilegal ejerce sobre la selva es enorme. En la época de sequía las motos cruzan bosques y sabanas por miles de caminos que atraviesan todo el Amazonas transportando combustible y personas desde y hacia las minas ilegales. Y en la época de invierno ocurre de forma similar con las voladoras que surcan a toda velocidad los caños y ríos crecidos, especialmente de noche para no ser interceptados.

Todas las especies; animales, peces y plantas ven afectados sus hábitos de conducta o experimentan cambios bruscos en su hábitat, incluso las comunidades indígenas ven alteradas sus costumbres por estas irrupciones. Estos invasores no conocen ni respetan a las plantas ni a los animales y destruyen todo lo que se encuentra a su alrededor.

Invasión de los Territorios Indígenas

La proliferación de la minería ilegal está provocando una nueva colonización de miles de personas no indígenas de otras regiones y países. Esta situación ha favorecido el asentamiento de grupos armados que imponen el uso de la intimidación y la violencia para controlar las zonas mineras.

Este flujo de personas aumenta el riesgo epidemiológico y de contraer nuevas enfermedades de la población indígena, así como el proceso de transculturización y pérdida de valores. Utiliza a la mujer indígena como medio para entrar en el ámbito de la comunidad e influir sobre ella, explotarla y luego, más tarde, abandonarla.

No tienen respeto por nuestra cultura ni consideración por el daño que nos hacen a nosotros, ni al bosque ni a los ríos de donde obtenemos nuestro sustento.

Esta presión y la inseguridad que genera está obligando al desplazamiento de comunidades indígenas, a la inmigración hacia los núcleos urbanos, al abandono de nuestros territorios y, también, a que muchos jóvenes se vayan a la mina.

Exigimos a nivel nacional e internacional:

Prohibir la explotación de los recursos que dañen o deterioren el ecosistema, así como cualquier actividad que se realice sin consulta previa ni consentimiento de los Pueblos Indígenas. Facilitar y permitir la libre circulación, las actividades tradicionales, e incluso los asentamientos de los Pueblos Indígenas dentro de las Áreas Naturales Protegidas en cuanto no supongan un riesgo para un ecosistema o especie determinada que se encuentren dentro o en el entorno de sus territorios ancestrales.